Ayer fue la primera vez que asistí a un taller.
Si. Un domingo por la mañana.
Pero para nada me importó madrugar. Es más, me sentó de maravilla levantarme más pronto de lo normal para dejarlo todo a punto y poder disfrutar durante casi 4 horas.
Si. Porque ayer disfruté y me lo pasé bomba haciendo hoy por hoy, lo que más me gusta: Scrapear.
Hacía tiempo que iba rondando en mi cabeza apuntarme a un taller, pero nunca me hacía el ánimo.
Por desgracia, los sábados es imposible asistir por problemas familiares, pero también los viernes se organizan. Y el de ayer fue extra porque para el taller de tarjetería navideña previsto para el viernes, ya no quedaban plazas.
Pero hace un par de semanas recibí el empujón que necesitaba y los días previos estuvieron cargados de ilusión.
Asistí a un tienda chulísima, "La sonrisa creativa", que queda muy muy cerca de mi casa y regentada por una persona encantadora y haciendo honor al nombre de su establecimiento siempre sonriente, Lola Fons.
Aquí os dejo su blog donde encontraréis toda la información sobre su tienda, talleres, trabajos. A mi me encanta leerla cada lunes y jueves.
El taller de ayer fue, por supuesto estando en las fechas en las que estamos, sobre tarjetería navideña e hicimos dos maravillas de tarjetas que son estas:
La primera la definió como campestre y me encantó realizarla!! Es más, ya tengo en mente una familia destinataria de otra tarjeta muy parecida a esta que haré y enviaré en breve.
Porque estas dos ya están en el recibidor de mi madre y se las he regalado a ella.
Utilizamos cartulina kraft rugosa, pasta de textura, madera de balsa, sellos de fondos, tinta dorada,, embossing en caliente para el sentimiento y un alambre, bolitas rojas y rafia para la corona.
Para la segunda utilizamos la técnica del resist con embossing y polvos blancos, utilizando acuarelas y decorando con cinta, rafia y copos de nieve y estrellitas plateadas. El sentimiento es un troquelado con la Big Shot.
¿No me digáis que no son preciosas?
Me encantó la experiencia.
Se me pasó el tiempo volando, logré desconectar de todo, algo que me está costando muchísimo últimamente.
Aprendí muchísimo.
Compartí la mañana con gente super agradable.
Y lo más importante de todo, es que volví a sonreir.
Mil gracias Lola por hacerlo posible y sin duda alguna, repetiré!!
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